En Chile la gestión de los residuos ha ido avanzando lentamente, pero afortunadamente existen medidas incluso oficiales que incentivan la reducción y manejo de éstos. Los residuos se pueden distinguir según su proveniencia: domiciliario o industrial. Ya en el año 2017 se estimaron aproximadamente 7.820.427 toneladas de residuos sólidos domiciliarios, de los cuales sólo el 1,9% fue recuperado para su reciclaje y reutilización. Los tipos de residuos más comunes en el país se separan en los siguientes grandes grupos: plástico, cartón y papel, vidrio, textil y metal.
Respecto al plástico, estos se disgregan en 7 subtipos: 1 PET (envases de refrescos o aceites), 2 HDPE (envases de detergente o bolsas de plásticas), 3 PVC (tuberías o mangueras), 4 LDPE (bolsas o botellas para agua), 5 PP (envases yogurt o bombillas), 6 PS (cajas de plumavit) y 7 Compuestos (material CD o DVD, y como nuevo están los biodegradables de almidón vegetal que se pueden reciclar). Actualmente existen centros de acopio o bien llamados “puntos limpios” en donde reciben estos tipos de materiales para su reciclaje, sin embargo, de los plásticos el 3 y 6 no pueden ser reciclados.
En la mayoría de los casos, todos estos residuos de vida útil corta o desechables, terminan siendo depositados en áreas donde se acumulan, creando microbasurales que se encuentran comúnmente en quebradas o sitios abandonados. En casos donde se incrementa esta acumulación llegan a formar vertederos ilegales. Los vertederos legalizados se les denomina rellenos sanitarios, los cuales pasan por un proceso de evaluación ambiental y requieren tener medidas que controlen los contaminantes, como los líquidos o los gases de descomposición. No olvidar el gran incendio en el año 2016 del relleno sanitario “Santa Marta” en Santiago, el cual, pese a tener un manejo constante, ocurrió una quema descontrolada que dejó consecuencias sobre la calidad del aire de la ciudad.
De acuerdo a la legislación chilena, se puede nombrar dos normativas atingentes: la Ley RETC y la Ley REP. La primera busca que los grandes productores realicen un seguimiento de la cantidad de residuos que generan, en especial los industriales, y la segunda ley tiene como objetivo hacer responsables a los productores de los residuos que generan mediante estrategias de gestión y alianzas con instituciones u organizaciones sociales. Estas leyes establecen la jerarquía de la gestión de residuos (las R’s), donde primero se debe Reducir, luego se debe Reutilizar y la Reparar, y como último se debe Reciclar.
Para nosotros, las R’s las entendemos de la siguiente manera:
- Reducir, consiste en disminuir el consumo de productos innecesarios o evitar consumir productos que por su capacidad o tipo de material complejiza su re-integración,
- Reutilizar o reparar, es la acción de volver a utilizar un producto para otro fin o arreglar un aspecto del producto para volver a darle su uso inicial, sin tener la necesidad de una transformación de sus materias primas, y
- Reciclar, que busca transformar el producto en materiales potenciales como materias primas para la fabricación de nuevos productos.
En LaOrtiga.cl es nuestro compromiso no contribuir a la generación de residuos. Todos los productos responden a una de las R’s, ya sea como competencia de productos desechables de manera de reducir la cantidad de residuos, utilizando materiales reutilizados o reciclados en la confección del producto, o incluso reutilizando o reciclando el producto y su envase en el mismo proceso de producción por parte de los emprendedores.